¡Hola, soy Paula! Encantada de que hayas llegado por aquí.
Parte I (la historia comienza con A mí me viste mi mami)
Te cuento un poco de mí. Estudié periodismo, filología hispánica y también patronaje y moda en Barcelona. Hace unos años volví a vivir Santiago, donde conocí al amor de mi vida: mi hijo Román. Cuando nació, decidí que lo mejor estaba por venir. Por eso, después de trabajar como periodista, y de otras cosas, lo dejé todo para estar lo más cerca posible de él y no perderme su infancia.
Para eso, en una pequeña habitación de nuestra casa, monté un minitaller en el que comencé a imaginar, dibujar y luego coser diminutos vestidos, coronas de tela para cumpleaños y accesorios para niños que me hacía feliz.
Han pasado casi cuatro años de todo eso y nos ha ido muy bien. Ahora nos toca seguir creciendo. Por eso, ya hace un año inauguramos nuestra tienda online de telas y blog. Si bien, Facebook e Instagram han sido mis mejores aliados, queremos entregarles una vitrina más ordenada y aportar con contenidos interesantes sobre tendencias en el mundo textil y sus tendencias.
Parte II (Fabrics & Friends )
¿Cómo empezó tu amor por la telas? A mí me pasó así.
Siempre me gustaron las lanas, las telas, tejer y coser. Ya de adolescente cosía con la máquina de mi abuela algunas prendas no muy llevables.
En esos tiempos, recuerdo que mi madre decía, incontables veces, que el lino y la seda eran lo mejor. Y eso me quedó dando vueltas.
Cuando me fui a vivir a España, donde pasé todos mis veintes y parte de los treintas, tuve acceso a mucha ropa económica (con Zara, tiendas Inditex y otras marcas españolas), así que mi yo veinteañero estaba en el paraíso.
Cada vez que compraba ropa, leía las etiquetas de lo que iba a llevar. Sobre todo, después de comprobar que las prendas más bonitas y sobresalientes de mi armario eran las más calurosas. El poliéster estaba en todas partes. Así que empecé a preferir los algodones y me felicitaba cuando encontraba alguna prenda en seda (hubo años que estas marcas hacían muchas cosas en seda). Aún las conservo.
Descartaba más por fibra que por estampado o diseño. Y, aunque ahora casi no me compro ropa, sigo escogiendo por materialidad.
Luego de muchas crisis existenciales y de acabar dos carreras en la universidad, decidí estudiar Patronaje y Moda. Y aquí empecé a conocer las telas en profundidad, y se acrecentó mi purismo por las fibras naturales. En ese tiempo quería hacerme mucha ropa, pero como ahora, lo que más me gustaba eran las telas. Mirarlas, tocarlas, coleccionarlas y no hacer nada con ellas, por miedo a arruinarlas. Esa mi actividad favorita, ¿les pasa?
Volví a Chile y mi vida se volvió drásticamente diferente. Tuve un trabajo con horarios y de oficina, después de años de trabajar independiente en muchas cosas diferentes y con horarios nada formales. Nació Román, solo un año y medio después de haber vuelto, y ya nada fue igual. Renuncié a ese trabajo (en parte porque no era lo mío y, lo más importante, porque me exigían volver con mi guagua de solo cuatro meses) y ya emprendí el camino que me llevó hasta lo que soy hoy.
El primer año de vida de mi hijo lo vivimos con una tienda de ropa de guagua de segunda mano. Empecé con nada y al final tenía clientas fieles. Era muy entretenido buscar y escoger la ropa. Pero no me encantaba como para seguir potenciándola.
Por eso, creé mi tienda infantil. Tenía muchas ideas, una guagua a la que cuidar 24/7 (me separé del papá, así que estaba sola) y poquísima tela de algodón. Y eso me frustraba un montón.
También veía que daba igual que las telas fueran o no de algodón, solo algunas clientas valoraban eso. Además, noté que el resto de las tiendas vendían gato por liebre (es decir, poliéster por algodón) y mi indignación estaba desatada 😂 (conocía todas las tiendas de Independencia y reconocía los estampados y colores…). Así que me centré en los accesorios y con la ropa: lo dejaba y volvía, una y otra vez.
[Sobre el gato por liebre: esa misma práctica la veo actualmente con las tiendas de telas. Me sigo indignando, claro 😅, porque sé que están contando la mitad de lo que son las telas, al menos en su composición, a personas que saben poco o nada de este rubro (al desaparecer la industria textil de Chile, se esfumó nuestro conocimiento por la calidad y cuando tocamos no es fácil reconocerlo. Por cierto, tengo ganas de hacer un taller de reconocimiento textil online y con material al mismo tiempo para ir ganando confianza y reconocer lo que compramos. Ya veremos ♥️)].
Volvamos…
Ya vislumbraba que con la tienda infantil no iba a lograr muchas de las cosas que deseaba. En ningún sentido. Por eso decidí invertir en telas de calidad, para hacer mi ropa y a la vez venderla a otras interesadas (pensaba: “si existo yo, debe haber más gente pensando así, pues no soy única, y esa gente también debe querer telas fascinantes desde la fibra al diseño”).
Entonces, volví a contactar con Kokka para concretar el primer pedido. Encontré, en tanto, otros proveedores que tenían algodón y me lancé. Sin soltar la tienda infantil, que aún tengo y adoro, empecé poco a poco a encontrar mi espacio.
Y luego vino la pandemia, justo cuando había decidido dejar de hacer ropa. Y el resto es este año que ha estado acompañado de: algunas telas chilenas, Liberty, Kokka y otras. Por supuesto ha sido muy duro para todas, pero, en parte, cambió mi vida.
Y esa es mi historia con las telas, que se mezcla con mi vida. Espero que dure mucho, porque me hace demasiado feliz buscar y escoger telas de fibras naturales para que ustedes puedan confeccionar sus proyectos con toda la confianza y belleza.